Fuente: Agencias
El presidente de Vodafone España, Francisco Román, ha considerado que las grandes operadoras de telecomunicaciones todavía tienen margen para ganar eficiencia a través de “aligerar las estructuras y reducir los costes fijos”.
En una conferencia sobre innovación como factor de competitividad en Esade, ha evitado concretar los ajustes de personal que realizará Vodafone en España tras la adquisición de Ono porque ha dicho que ha pasado poco tiempo –recibió el visto bueno de Bruselas en julio–, pero que las redundancias de plantilla en las áreas comunes de ambas compañías que ha visto obvio que se darán se solventarán con medidas que quieren que sean “objetivas y justas”.
Román ha defendido que la tecnología contribuye a entre el 50% y el 60% del crecimiento económico, y que las grandes operadoras de España han invertido más de 3.000 millones de euros en nuevas infraestructuras de comunicaciones durante la crisis.
Por ello, ha visto “un error” la aplicación de tasas al sector, tanto a nivel estatal como regional, al ser preguntado por el impuesto que está tramitando el Parlament que gravará a las compañías operadoras de conexión a Internet con una tasa de 0,25 euros mensuales por cada línea contratada con el objetivo de recaudar 20,5 millones de euros anuales para apoyar al sector audiovisual catalán.
Por otro lado, ha expuesto que el sector de las telecomunicaciones es intensivo en inversiones, en capital y en todos los parámetros, pero sumarle impuestos “penaliza en el largo plazo a la inversión”.
“Uno de los peligros de este sector es que sea gravado en exceso”, ya que puede resultar tentador como una fuente de recursos, pero hay que tener en cuenta que es fundamental para el progreso y la recuperación económica, ha aducido, y ha augurado que Vodafone recurrirá la tasa catalana cuando sea aprobada en los próximos meses, ya que lo hace normalmente con este tipo de impuestos en cualquier lugar. INVERSIONES EN CATALUNYA.
En Cataluña, donde Vodafone tiene una cuota en móvil de alrededor del 20%, ha explicado que la compañía tiene un plan de inversiones de 288 millones de euros entre 2013 y 2015 que incluye despliegue de 4G y fibra óptica, y que su actividad ha permitido un impacto económico en la comunidad de 779 millones entre 2013 y 2014.
Vodafone cuenta con unos 450 empleados en Cataluña a los que se suman otros 220 de Ono, y prevé pocas duplicidades al tratarse de una división territorial y ser compañías complementarias, pero todavía no están definidas ni existe una decisión sobre si se unificarán instalaciones. EUROPA FRAGMENTADA.
Román ha incidido en que Europa “debería estar alarmada porque compite mal en el mundo”, ya que no es capaz de avanzar en el mercado único y persiste una fragmentación de mercados y regulaciones que hace que haya 150 operadores, mientras que en EE.UU. y China hay tres o cuatro en cada país.
Ha argumentado que si se tiene en cuenta la necesidad de economías de escala en el mercado global, Europa está en desventaja y va lento: “Hay que pensar a lo grande y comprender que competimos en una economía global”.
También ha puesto un ejemplo en el sector de la telefonía móvil en España, donde ha criticado que se piensa que mayor número de competidores significa bajada de precios, pero si se miran los ratios de España con otros países, es líder en calidad y número de teléfonos inteligentes, pero está a la cola en rentabilidad, lo que hace al mercado “menos atractivo para invertir”.
Ha lamentado que desde 2006 hay una normativa de dominancia conjunta de Telefónica, Vodafone y Orange que las obliga a ceder sus redes con determinadas condiciones, y todavía no se ha corregido: “Es el único país donde no se ha cambiado, y basado en eso proliferan compañías pequeñas –sin red propia– que se aprovechan de eso y te pueden denunciar ante las autoridades de Competencia”.
Por ello, ha insistido en pedir un modelo que garantice a la vez competencia e inversión –“habrá que resolverlo, no está resuelto“– y con visión de largo plazo, porque las inversiones del sector son a largo plazo.
Ha afirmado que la innovación asociada a la tecnología “va a marcar la diferencia entre países y entre empresas” porque permite gestionar la complejidad y ganar competitividad en el mercado global.
“El mundo se mueve a tanta velocidad, el cambio es tan brutal, que o innovas o te pasarán por encima”, ha aseverado, y ha situado como elemento clave de competitividad la conectividad de todos los dispositivos de gestión y comunicación.
Por último, ha hecho hincapié en que “nadie se puede permitir no desplegar banda ancha ultrarrápida; es vital que exista esa inversión y esa operación para la competitividad entre territorios” y lo ha visto crucial para el crecimiento económico.